CTP de Orotina, al rescate del trapiche
- Jorge Umaña Torres periodista
- Nov 29, 2017
- 2 min read
Profesores del Colegio Técnico Ricardo Castro Beer de Orotina- encabezados por su director- Máster Rubén Salas, visitaron la mañana de este miércoles 29 de noviembre el trapiche de los Hnos Agüero Agüero, en Paso Agres de Turrubares.
El objetivo de la gira didáctica, fue no solo conocer todo el proceso de la molienda, y aprender de la experiencia de Gerardo, Adolfo y Antonio Agüero, sino dar un paso en procura del rescate de esta costumbre y cultura nacional.
HISTORIA
Según el Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural, del Ministerio de Cultura, el término trapiche proviene de la palabra trapetes, que significa "piedra de molino de aceite", una herramienta que fue de uso familiar en América Latina.
En el caso de Costa Rica, este ser refiere tanto al molino de la caña de azúcar, como al lugar donde se procesaba el dulce de tapa.
35 AÑOS DE TRADICION
En el caso de los hermanos Agüero- oriundos de Puriscal- la tradición del trapiche en Paso Agres la inició su padre, don Sergio Agüero Ulate, luego de recibir una parcela.
"El esfuerzo ha sido grande para mantenerse en un trabajo que es arduo, pero que no da para vivir y mantener una familia.
En medio de todo, los hijos han estudiado, y los nietos también. Ninguno de ellos (hijos y nietos) quieren seguir con esto. Cuando ya no estemos nosotros tres, creo que esto se terminará", señala con cierta nostalgia Gerardo, el mayor de los Aguero.
En esta época del año, muelen cada 15 días ( jueves o viernes generalmente). Cada molienda da para 15 tamugas, o 60 tapas. A las 3:30 de la mañana inician las labores de preparar la caña que van a moler. Todo el proceso tarda tres horas, y 5 horas más hirviendo en la paila.
De aquí se pasa a moldes, para sacar las tapas y derivaciones de la misma mezcla (sobado, melcochas).
EL CTP de Orotina pretende instalar un trapiche en un sector de su finca ; que sirva como un módulo de enseñanza, pero también como un atractivo turístico que logre preservar esta tradición.
La idea es que el trapiche se conserve por muchos años más como un dulce recuerdo, del orotinense y del costarricense en general.
(Fotos Jorge Umaña y Daniel Vega)
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